martes, junio 03, 2008

"Los parásitos del pensamiento"

"Los prejuicios son los parásitos del pensamiento. Son unos invasores tan insidiosos y silenciosos como el cáncer, porque el prejuicioso ignora que posee un prejuicio. Cosa por otra parte natural, puesto que el prejuicio supone una alteración fatal de la conciencia que se produce antes del juicio, esto es, antes de que nuestra razón se haya puesto en funcionamiento. El prjuicio es una especie de agujer negro que invalida o clausura una parte de nuestro cerebro. El prejuicio cree que su visión sesgada es lo único auténtico, del mismo modo que el loco confunde sus delirios con lo real. El prejuicio, pues, tiene mucho de locura parcial, y en ocasiones ha conducido a grandes orgías de criminal demencia, como el prejuicio antijudío durante el Tercer Reich.
Los prejuicicos siempre se disfrazan, para quien los padece, de una simple constatación de la realidad: las mujeres son inferiores, los gays son unos enfermos, los inmigrantes son sucios y peligrosos. Sí, sí, tú argumenta lo que quieras en contra de todo esto: no pienso ni siquiera escucharte, porque "yo sé que las cosas son así". El prejuicio establece una certidumbre enfermiza e inamovible, porque no se asienta en la razón o en la experiencia, sino en un apagón del pensamiento.
Es evidente que algunas personas están mucho más llenas de prejuicios que otras, pero en última instancia todos padecemos alguna de estas ofuscaciones idiotizantes. Ni siquiera las mejores cabezas se salvan de este oprobio.
Rosa Montero

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